martes, 27 de noviembre de 2012
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sábado, 24 de noviembre de 2012
Redemption post
La semana pasada bajé unos días a Tarragona para ver a la familia y amigos. Este último viaje me ha servido como pequeña redención personal.
Supongo que después de éstos meses en Canadá al ritmo que he estado trabajando (con jornadas de 15-16 horas diarias) han hecho que aprecie de otra manera la dolce vita española.
No es nada nuevo, todos sabemos como funcionamos allí con el tapeo, el salir a dar una vuelta sin necesidad de vehículo alguno y las terrazas repletas a las 11.00am con 20-22ºC en noviembre, una auténtica delicia.
Entiendo y asumo la supuesta crisis que asola el país, pero sinceramente, conociendo desde dentro como se vive en el mundo anglosajón, muchos de los afectados por la crisis viven de manera envidiable.
Es muy difícil encontrar empleo y el que hay es sin garantías de futuro, pero después de 30 años viviendo en exclusiva del ladrillo, reconstruir una sociedad no es tarea sencilla.
Muchos de mis conocidos me preguntan y alaban el modelo americano, alemán, británico, etc... y me dicen que sería fantástico importarlo a España, pero eso es imposible.
Sonará a tópico, pero la costumbre española de llegar 3 o 4 "minutillos" tarde, salir 5 minutos antes del trabajo, la cantidad de festivos (por no hablar de los incomprensibles puentes) y la actitud general contra el "demonio" del empresario, no generan una plantilla que pudiese asimilar ninguno de los modelos de otros países que comentaba antes.
En España se vive como se vive, con sus cosas buenas y malas, en éste punto de aceptación es donde ha venido mi redención. Yo era uno de los que pasé años pretendiendo que el país fuese otra cosa, lejos de la imagen de Pajares y Esteso que tanta alergia me daba, pero ahora no lo veo tan necesario.
Es obvio que hacen falta cambios para que el país avance, de hecho, una cosa que me llamó muchísimo la atención fue la ausencia de presentadores de televisión, corresponsales de prensa o actores, procedentes o con ancestros de otros países.
Tanto en Inglaterra como en Canadá tienes al hombre del tiempo originario de la India, presentadores afroamericanos y personajes principales en las series de orígen o con antepasados chinos o vietnamitas.
En España a pesar de la realidad social en la calle, con familias marroquíes o senegalesas que llevan en el país dos o tres generaciones, muchos de ellos hablando perfectamente la lengua de Cervantes, su presencia en los medios es inexistente, más allá del papel de carácter pseudo-cómico o como bufón, por no llamarlo de otra manera.
Si un niño nacido en España dentro de una familia de orígen africano pone la televisión en busca de un supuesto modelo con el que sentirse identificado, me temo que tiene que acabar poniendo Al-Jazzera, así que la exclusión de los medios españoles no ayuda a nadie a la hora de integrar o normalizar una sociedad que lleva años pidiendo a gritos avances en ese sentido.
Otro tema es la dificultad a la hora de encontrar cines en versión original, que serían de tremenda ayuda para que la gente acostumbrase el oído a otros idiomas, disfrutando además de la auténtica interpretación de los actores en pantalla, pero por lo visto ésta es casi una idea de locos por allí.
Puede que el hecho de llevar 5 años trabajando fuera del país haya dulcificado mi perspectiva, haciendo que vea al país como uno de tantos jubilados europeos que sueñan con retirarse en una casita blanca a orillas del Mediterráneo, pero la calidad de vida es indiscutible.
En definitiva, unos días que se pasaron volando y que me han servido para recargar las pilas y hacer algunos planes nuevos, como un posible viaje a Marrakech en breve.
Las fotos de la entrada, así como las que seguirán en los próximos días, están tomadas con película Kodak Ektar y Portra.
A disfrutar del fín de semana, ¡un saludo!.
Supongo que después de éstos meses en Canadá al ritmo que he estado trabajando (con jornadas de 15-16 horas diarias) han hecho que aprecie de otra manera la dolce vita española.
No es nada nuevo, todos sabemos como funcionamos allí con el tapeo, el salir a dar una vuelta sin necesidad de vehículo alguno y las terrazas repletas a las 11.00am con 20-22ºC en noviembre, una auténtica delicia.
Entiendo y asumo la supuesta crisis que asola el país, pero sinceramente, conociendo desde dentro como se vive en el mundo anglosajón, muchos de los afectados por la crisis viven de manera envidiable.
Es muy difícil encontrar empleo y el que hay es sin garantías de futuro, pero después de 30 años viviendo en exclusiva del ladrillo, reconstruir una sociedad no es tarea sencilla.
Muchos de mis conocidos me preguntan y alaban el modelo americano, alemán, británico, etc... y me dicen que sería fantástico importarlo a España, pero eso es imposible.
Sonará a tópico, pero la costumbre española de llegar 3 o 4 "minutillos" tarde, salir 5 minutos antes del trabajo, la cantidad de festivos (por no hablar de los incomprensibles puentes) y la actitud general contra el "demonio" del empresario, no generan una plantilla que pudiese asimilar ninguno de los modelos de otros países que comentaba antes.
En España se vive como se vive, con sus cosas buenas y malas, en éste punto de aceptación es donde ha venido mi redención. Yo era uno de los que pasé años pretendiendo que el país fuese otra cosa, lejos de la imagen de Pajares y Esteso que tanta alergia me daba, pero ahora no lo veo tan necesario.
Es obvio que hacen falta cambios para que el país avance, de hecho, una cosa que me llamó muchísimo la atención fue la ausencia de presentadores de televisión, corresponsales de prensa o actores, procedentes o con ancestros de otros países.
Tanto en Inglaterra como en Canadá tienes al hombre del tiempo originario de la India, presentadores afroamericanos y personajes principales en las series de orígen o con antepasados chinos o vietnamitas.
En España a pesar de la realidad social en la calle, con familias marroquíes o senegalesas que llevan en el país dos o tres generaciones, muchos de ellos hablando perfectamente la lengua de Cervantes, su presencia en los medios es inexistente, más allá del papel de carácter pseudo-cómico o como bufón, por no llamarlo de otra manera.
Si un niño nacido en España dentro de una familia de orígen africano pone la televisión en busca de un supuesto modelo con el que sentirse identificado, me temo que tiene que acabar poniendo Al-Jazzera, así que la exclusión de los medios españoles no ayuda a nadie a la hora de integrar o normalizar una sociedad que lleva años pidiendo a gritos avances en ese sentido.
Otro tema es la dificultad a la hora de encontrar cines en versión original, que serían de tremenda ayuda para que la gente acostumbrase el oído a otros idiomas, disfrutando además de la auténtica interpretación de los actores en pantalla, pero por lo visto ésta es casi una idea de locos por allí.
Puede que el hecho de llevar 5 años trabajando fuera del país haya dulcificado mi perspectiva, haciendo que vea al país como uno de tantos jubilados europeos que sueñan con retirarse en una casita blanca a orillas del Mediterráneo, pero la calidad de vida es indiscutible.
En definitiva, unos días que se pasaron volando y que me han servido para recargar las pilas y hacer algunos planes nuevos, como un posible viaje a Marrakech en breve.
Las fotos de la entrada, así como las que seguirán en los próximos días, están tomadas con película Kodak Ektar y Portra.
A disfrutar del fín de semana, ¡un saludo!.
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