Parada de avituallamiento en la antes conocida como Area del Llobregat, en compañía de mi padre (que no se pierde una).
Camino de Reus tras haber aterrizado de medianoche en el aeropuerto de Girona, después de algo más de año y medio sin pisar la península ibérica.
Entre lo que ha cambiado mi visión durante éste tiempo, y lo que ha cambiado el propio país (no precisamente para bien)... poco más y no lo reconozco.
¡Qué raro es ésto de ser emigrante!.
2 comentarios:
Jo, macho, tu padre tiene una suerte... Con esa edad y con pelo. A mí se me van viendo unas pistas de aterrizaje a cada lado de la cabeza, que me están deprimiendo...
Por cierto, te voy a mandar un correo preguntando mil cosas... Lo siento :-)))
Hombre, pues ya te puedes llevar un buen "ushanka" para que no se te enfríen las ideas, jejeje.
Tú dispara, sin problemas.
Un saludo.
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