Ciertamente lamentable que en España no dispongamos de una embajada que se encargue de èstos asuntos, pero en fin... es una buena excusa para pasarse unos dìas por la siempre maravillosa Ciudad de la Luz.
Asì que cogimos unos de esos vuelos con precios ridìculos que salen ahora, y autobùs mediante, nos plantamos en Parìs con todos los papeles necesarios, la reserva para el hotel para un par de dìas (por si las cosas iban despacio), y càmara en mano, para dejar constancia de la visita.
El hotel lo tenìamos cerca del Boulevard Clichy, famoso por su "vida nocturna", espèctaculos de sexo en vivo, sexòdromos, sex-shops, travestis, el original "Moulin Rouge", y todo tipo de divertimento para adultos.
La verdad,es que he pasado varias veces por allì en mi vida, y me asombra lo bien que lo llevan, nunca he visto problemas, ni falta de seguridad... màs bien al contrario, te encuentras tanta gente a cualquier hora de la noche, que uno se siente seguro. Muy recomendable si queréis ver el lado màs genuino de la noche Parisina.
La verdad,es que he pasado varias veces por allì en mi vida, y me asombra lo bien que lo llevan, nunca he visto problemas, ni falta de seguridad... màs bien al contrario, te encuentras tanta gente a cualquier hora de la noche, que uno se siente seguro. Muy recomendable si queréis ver el lado màs genuino de la noche Parisina.
La primera tarde nos acercamos a Montmartre, que nos cogìa bastante cerca y es el destino ideal para comer unos buenos crepes y disfrutar de unas vistas maravillosas de la ciudad. Aparte de ser el lugar donde se encuentra la Basìlica del Sacrè Cœr, uno de los edificios màs majestuosos del mundo.


El Obelisco, estaba situado previamente a la entrada del Templo de Luxor, junto a otro de las misma caracterìsticas que permanece allì, como podèis ver en èsta otra foto que tomè el año pasado.
