No me gusta adelantar acontecimientos porque las cosas cambian inesperadamente (y más últimamente), pero voy a intentar dar unas pinceladas de lo que parece van a ser mis próximos pasos para éste otoño que viene.
Tanto parón vacacional (me he pegado dos mesecitos haciendo fotosíntesis), me pone de los nervios, así que a pesar de disfrutar de la playa (al de una semana ya no hay quien lo aguante), nuestras delicias culinarias y demás, me he puesto manos a la obra.
He barajado todas las posibilidades a corto/medio plazo, he mirado destinos dispares, varios trabajos y oportunidades estrambóticas, y al final... todo apunta a que me vuelvo al fresco invernal de Canadá.
Como soy tan listo, después de pasar uno de los peores inviernos de los últimos 20 años en Ontario, me vengo a España en verano, y ahora que el amigo invierno está esperando a la vuelta de la esquina con la escopeta cargada, cojo y me vuelvo para allá. ¡Que me va la marcha, vamos!.
Bueno, todavía falta por limar algunos flecos, y hasta que no me vea allí instalado, no lo doy por hecho, pero bueno, así está el tema hoy por hoy.
Inga encontró trabajo en un hotel nada más llegar y está agusto, pero obviamente es un trabajo de temporada que en los meses de invierno desaparece, así que por su parte, nada en perspectiva hasta al menos el próximo Abril por éstas latitudes, y yo, a pesar de haber buscado con ahínco algo que satisfaciera mis ganas por estar entretenido, no he conseguido grandes resultados, que a sabiendas de la situación económica y laboral, tampoco me ha sorprendido demasiado. Me llegaron a rechazar en una entrevista por excesiva movilidad laboral en el pasado, les daba poca seguridad de continuidad, y eso en los tiempos que corren, y tratándose de una ETT, me parece bastante irónico...
Así que en vista de la situación, tras restablecer contacto con una empresa con la que venía hablando desde hace muchos meses, y con perspectiva de mejorar bastante las condiciones que tenía en Ontario, pues ahora a descubrir Alberta, con sus impresionantes rocosas, sus vaqueros, y sus vientos Chinook, que convierten en primavera algunos días del crudo invierno canadiense.
Obviamente, se que volveré a echar de menos algunas cosas, que todo en ésta vida no se puede tener, pero siendo realista, creo que tengo más opciones de estar agusto allí que en Tarragona, y mi conocimiento de la vida allí es mucho más amplio que cuando me fuí a Kitchener.
Y sinceramente, para qué nos vamos a engañar, soy un maldito adicto de la conducción. Todo el que se haya pasado largas temporadas conduciendo, conoce la droga que supone estar al volante. Después de éstos años, hacer un viaje de menos de 2.000 kms. es como ir a por el pan (sí, de vez en cuando sale el bilbaíno que llevo dentro).
Me siento músico por encima de todo, he hecho trabajos variaditos (camarero, empleos varios de labor administrativa, asistente de estudio de diseño, cantante, tuve mi propio negocio...) pero nada engancha más extralaboralmente que vivir en ruta.
Sí, es un trabajo duro, que conlleva días de astío esperando cargas o soportando a determinadas empresas, problemas burocráticos en aduanas, el peligro del tráfico, condiciones climatológicas extremas, no se duerme como en casa, la comida en carretera...pero en cuanto lo dejas un mes, las ganas de estar de nuevo ahí fuera, cada día despertando en un lugar distinto, y disfrutando de momentos que te pierdes con otros trabajos, como esos amaneceres inolvidables con el brillo de la nieve en el asfalto, la no rutina, o descubrir lugares a los que no te plantearías jamás ir de vacaciones (Roger, añade algo que me haya dejado...), hacen que no me queden muchas dudas. Todo es probar, y si no... "Siempre nos quedará París (o Tarragona)".
Es difícil tomar una decisión así, cuando parece que repites intento, pero como decía Randy Pausch, los muros están en el camino de cada uno, para evitar que alcanzen sus sueños los que no los desean realmente, son una prueba para la superación personal, y volver a Canadá, para conseguir la meta de estar allí con tranquilidad, se convierte en un motivo de esos que hace que te sientas como Rocky subiendo las escaleras del Museo de Arte de Filadelfia.
Así que en eso estoy ahora mismo, buscando algún restaurante español "real" que no sirva burritos y enchiladas por allí para cuando me entre la morriña, y haciendo los preparativos para la incursión inicial que será en unas pocas semanas, ya os iré informando.
Un abrazo a tod@s, y hace mucho que nos os lo recuerdo... ¡portaos fatal y pasádlo bien!
P.D.: Para todos los que me escriben preguntando sobre cómo irse para allí, condiciones,etc...dos cosillas fundamentales. INGLES, INGLES, INGLES... y liberarse de cargas en España.
Inglés con buen nivel (fluído, ver las películas en V.O. sin problemas al menos) y lo de las cargas, porque con el cambio euro/dollar, no se gana como para tener tres casas en distintos países del mundo. A partir de ahí, sí, hay trabajo, es cuestión de buscar, comparar, escoger, equivocarse, seguir, vivir, luchar y disfrutar. Para todo lo demás, Mastercard, y me mandáis un mail con lo que queráis saber.
6 comentarios:
Es totalmente cierto que, una vez que un@ se echa a la vida nómada, no hay manera después de volver a meterse en redil...
Ahora que tienes la experiencia de la primera intentona canadiense, seguro que será mucho más fácil tener un regreso sin problemas.
Bueno, seguiremos al tanto de tus aventuras. ¡Suerte!
Pues si la carretera te lleva al otro lado de las Rocosas dimelo y te invito a una cerveza Alhambra y un bocadillo de calamares (hecho en casa, claro). Cuando volveis?
Joer,una oferta como esa oferta es irrechazable!!!.Y sí,caerán viajes a Vancouver,Seattle....seguro.
Yo voy de avanzadilla en un mes,y empezar a moverme por ahí...en cuanto pueda!.
Gracias,Luna!
Bueno ya sabes que aqui te estamos esperando porque una de las ventajas de Norteramerica (Can/USA/Mex), es que cabemos TODOS.
Que consigas todos tus sueños.
Bueno, te digo, como "veterano" de la ruta... como mas tiempo se pasa en la carretera sin volver a casa, mas se disfruta la vuelta al hogar, o mas exactamente, un tiempo de reposo en la punta de partida.
Un abrazo,
RT
Gracias,Paco!. Ahora que caerán viajes a Texas,a ver si coincidimos,birras mediante...
Roger,esa es una gran verdad,parado,echas de menos el asfalto,y en ruta sólo piensas en el sofá de casa...inevitable inconformismo,pero a la vez,creo que es uno de los alicientes,pensar en esas pequeñas metas volantes,es la liebre para los galgos,si no,no nos levantaríamos de la cama...
Un abrazo!
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