domingo, 28 de febrero de 2010

Riding with wolves

Montana, hace unos días, camino de Dakota del Norte, alrededor de la medianoche, unos 50 km. después de pasar Wolf Point, o lo que es lo mismo, nada más llegar a ninguna parte a mano derecha...

Sin nada de tráfico, ni una luz a la vista, ni siquiera las típicas granjas o cobertizos abandonados, nada, mitad reserva india, mitad tierra de nadie, cubierto todo con una importante capa de nieve, que gracias al espectacular cielo estrellado y la luna, hacen que puedas vislumbrar en la oscuridad todas las siluetas de las colinas próximas o los pocos árboles que hay por la zona.

Bajo los acordes, si no recuerdo mal, del último álbum del cantautor americano Jackson Browne, vemos aparecer en el arcén, expectantes pero tranquilos, con ese aire de seguridad que no muestra ningún otro animal salvaje, tres enormes lobos, dos de ellos blancos, que con las luces del camión y el reflejo de la luna, alumbraban como un faro desde la costa.

Pero no quedó ahí el asunto. El motivo de ésta entrada es el recuerdo imborrable que me ha dejado lo que sucedió una hora más tarde.
Inga se había marchado a dormir, y me encontraba dándole vueltas a mis pensamientos, en calma, tras varias horas sin cruzarme con otro vehículo, cuando veo en la distancia en mi carril, una figura que se movía a gran velocidad en mi misma dirección.

Arctic-wolf copia
© Lynn M. Stone

El tamaño era considerable, y la velocidad sorprendente, yo circulaba a unos 90 km/h. y me estaba costando darle alcance.
Cuando llegué a unos 100 metros pude verlo con claridad. Un enorme lobo ártico, o lobo blanco corriendo como alma que lleva el diablo por mi carril.
Me aparté para "adelantarle", y él siguió sin inmutarse hasta que me puse con él en paralelo, y entonces decidió torcer la cabeza, mirando al camión durante unos segundos sin perder el ritmo que llevaba.

No sabría decir lo que pesaba el animal, pero os aseguro que jamás me había imaginado un lobo de semejante envergadura. Ahora cuando lo recuerdo lo veo como a cámara lenta, con ese increíble pelaje blanco, y esa potencia asombrosa que lo lanzaba, casi sin tocar el suelo, véte tú a saber a que velocidad.

Parece una bobada, una mera anécdota, pero llevo pensando en ese lobo desde ese día, y para rematar la faena, hoy veo la portada del National Geographic de Marzo, y resulta que en el artículo principal hablan de la sorprendente crecida de la población de lobos en el área de Montana, llegando a haber ahora mismo, más de 1.500 de ellos fuera de los parques naturales.

El debate está servido. Están empezando a caer cabezas de ganado, y muchas asociaciones de cazadores están pidiendo que se abra la veda sin limitaciones, pero por otra parte, volver a ver al lobo reinar en las que eran sus tierras ha llevado años de proyectos fallidos intentando la repoblación, así que por el momento, las autoridades solo advierten a los ciudadanos que pongan algo más de cuidado del habitual cuando vayan a dar una vuelta.

Resulta que el regreso del lobo ha traído consigo una mejora del ecosistema, debido a que no comen más que una parte de sus presas, dejando el resto disponible para otros carroñeros u osos, dejando éstos en paz a otros pequeños mamíferos, y favoreciendo igualmente al aumento de pesca en la zona.
También ha cambiando las costumbres de los renos, etc... que ahora no se acercan a determinadas áreas próximas a algunos ríos, por miedo a ser más vulnerables, lo que ha ayudado la reaparición de vegetación que sirve ahora de hogar y alimento para otras aves, castores...

Así que por ahora, la lucha vuelve a quedar entre los intereses materiales del hombre y lo que le interesa a la naturaleza. La seguridad del ganado privado, el disfrute de poder abatir a unos cientos de lobos por diversión... veremos a ver como evoluciona el tema en unos meses.

Yo me quedo con la majestuosa visión de ese enorme lobo blanco, guarda protector de la tierra según los indios americanos, corriendo libre en medio de la noche por las llanuras de Montana.

11 comentarios:

Unknown dijo...

Que increible¡¡¡ yo soy un apasionado de los Lobos, me parece un animal majestuoso e impresionante...la verdad es que es un privilegio poder ver un animal de este tipo en plena naturaleza en mitad de ninguna parte y en libertad que es lo mas importante.

Saludos desde Pamplona.
Javier.

Diva Gando dijo...

Que suerte!!

Por un momento la que estaba ahí con el lobo era yo... Impresionante como lo cuentas.

Muac

Lucía Castillo Gil y Marcos Soriano Covarsí dijo...

Para nuestra generación la mayoría de las referencias a los lobos nos llevan al mismo lugar, las palabras del gran Felix Rodriguez de la Fuente: "Que el lobo viva donde pueda y donde deba vivir, para que en las noches españolas no dejen de escucharse los hermosos aullidos del lobo".
Un abrazo.
Marcos.

aorijia dijo...

Qué maravilla, Javitxu. ¿Qué tendrá el lobo? Pocos animales fascinan tanto al ser humano. Ojalá lleguen a alguna solución para que los lobos puedan seguir prosperando en la zona.

Marcoiris dijo...

que suerte Javi! yo nunca he visto un lobo, ya me gustaría ver uno. Ese debate es el mismo que hay en Asturias en la zona cerca de Picos, donde los lobos de vez en cuando matan alguna oveja. Llevan años con el tema. Por mi parte, aunque entiendo a los ganaderos, no soy partidario de que los maten. Es parecido también al tema de los osos. En fin, que seria muy largo de hablar..

Que privilegio, ademas esos lobos blancos son preciosos. Yo lo que he visto aquí son coyotes, que no los había visto antes en libertad y zorros (que ya los había visto en Asturias)

Un abrazo!

nitroglicerino dijo...

Qué entrada más bonita. Qué animal más bonito. Qué maravillosa es la naturaleza, y qué envidia te tengo.

¡Sigue así Javi!

Anónimo dijo...

Hola Javi en estos momentos escribo desde Medellin Colombia con un calor de mucha madre .... para que sepas ...jajajajaja

Un saludo

jose

bonacheladas dijo...

Qué momento más especial el que cuentas!

Envidia me das. Si de algo estoy muy feliz desde que llegué al Oeste de Estados Unidos es de la cantidad de animales salvajes que estoy viendo y que jamás había tenido la oportunidad en España, desde tejones a osos pasando por coyotes, zorros, alces, y demás.

Hay algo en la naturaleza que según me voy haciendo mayor cada vez me atrae más, y algo en la sociedad y las ciudades que cada vez me llama menos. Está siendo un proceso lento, pero si sigo teniendo la oportunidad de vivir en sitios con una naturaleza tan rica no me extrañaría verme con 60 y cultivando mis cositas en una casa en la montaña o en una pequeña comunidad, teniendo una vida más sencilla y cercana a la tierra y los animales.

Mariano Lozano dijo...

A mí también me ha parecido que iba corriendo con el lobo... Con su pelaje moviéndose, con esa majestuosidad que tan bien capto Rodríguez de la Fuente como se ha comentado.

Qué suerte poder haber tenido esa oportunidad.

Javier I. Sampedro dijo...

Menuda experiencia, y más cuando la vives tan de cerca, aunque con tus palabras nos podemos hacer una idea de como fue el "encuentro". Seguro que te quedarías con las ganas de haber podido sacarle una foto, no? pero el recuerdo permanecerá siempre en tu memoria.

Un saludo!

Urban dijo...

Que pasote Javi... hacia dias que no me pasaba por aquí...

Me puedo pasar horas y horas viendo animales en su medio natural, he visto unos cuantos lobos,entre otros animales del señor! pero no de esos blancos enormes y mucho menos corriendo a esa velocidad...

joder pagaria por verlo...

Estoy seguro que te quedaste alucinado de ver algo tan puro y que luego te costo reconciliar el sueño ehh!?!?

Cuando estuve viviendo en las cabañas apartado de la civilizacion recuerdo que por las noches pilaba la barca me acercaba al medio del lago y escuchaba, simplemente escuchaba los sonidos de los animales.
Sentia miedo pero mucha fascinacion al mismo tiempo.
Creeeme que cuando lo escuchaba cerca.... te ponia las pilas, jeje.

En fin javi que una pasada, lo que viviste aquella noche lo recordaras forever!!

un abrazo!