jueves, 6 de enero de 2011

ASTRAN: The long haul pioneers

Llevo unos días inmerso en el fascinante libro de Ashley Coghill, The Long Haul Pioneers, que relata con todo detalle (320 páginas y más de 340 fotografías), la historia de una de las empresas europeas de transporte con más carisma, Astran (Asian Transportation).

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A comienzos de los años 60, Michael Woodman, tras finalizar su servicio para la RAF (Royal Air Force) en Singapur, tomó la extraña decisión de regresar a Inglaterra por carretera con su familia. Al no poder entrar en Burma, fueron en barco hasta la India, desde donde partieron entonces sí, vía terrestre hacia el Reino Unido.

Mientras pasaban Afganistán, Woodman observó la cantidad de material que se movía por el país, y conociendo la precariedad de los puertos por aquel entonces, así como los interminables trayectos que hacían los contenedores que viajaban en barco hacia y desde Oriente Medio, comenzó a barajar la posibilidad de enviar camiones, como posible método para reducir los costes y la duración de los tiempos de entrega.

Tras una cena con su amigo Bob Paul, al que la idea de cruzar Europa con destino al Medio Oeste le parecía la excusa perfecta para abandonar definitivamente sus estudios de medicina, decidieron ponerse manos a la obra, comprando un camión Guy Warrior de segunda mano.

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El reluciente Guy preparado para su primera salida desde Inglaterra.

Tras una larga búsqueda de potenciales clientes, finalmente y como suele suceder, cuando estaban a punto de desistir, la compañía L&M (Lynotypes & Machinery) conocedores de la experiencia del viaje de Woodman volviendo de Singapur, decidieron darles el beneficio de la duda con tres cargamentos con destino Kabul, Afganistán, para comprobar si los beneficios en cuanto a tiempo y reducción de costes eran tales y como aparentaban sobre el papel.

Después vendría la enorme batalla burocrática para conseguir visados, permisos y documentación necesaria para establecerse como empresa realizando trayectos al Medio Oeste, y fué así como el 29 de Abril de 1964, con un trailer prestado a cambio de publicidad pintada en los laterales del mismo, Paul y Woodman abrían con éste viaje inaugural una de las rutas terrestres más importantes de los últimos 50 años.

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Sin servicio de asistencia en carretera, la única e inestimable ayuda posible, los habitantes locales, siempre dispuestos a echar una mano.

El viaje estuvo plagado de problemas: mecánicos, de falta de aprovisionamiento, burocráticos, eternas esperas, las carreteras a partir de Turquía eran inexistentes... pero después de casi tres meses y más de 16.000 km., Paul llegaba de vuelta a Inglaterra después de completar uno de los viajes más épicos vividos en la cabina de un camión.

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Bob Paul finalizando los trámites de aduanas entre Irán y Afganistán.

El segundo viaje se completó en la mitad de tiempo, y fue entonces cuando comenzaron los contactos con varios clientes que podían suministrar envíos de regreso a Europa desde el Medio Oeste, en éste caso con empresas de alfrombras de Tehran, que conformarían un flujo constante de cargas durante décadas, y que garantizaban un mayor margen de beneficio con cada viaje.

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Tomando un merecido descanso al este de Turquìa, con una carga de 57 toneladas para Irán.

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Geoff Frost posa sonriente junto a su Scania.

Después de un par de años de viajes míticos, llegaría la contratación del primer conductor asalariado de la compañia, Gordon Pearce.
Tras él vendrían más, hasta conformar durante la década de los 70 y 80 una de las flotas más importantes del continente, con alrededor de 80 vehículos llegando a realizar unas 60 salidas semanales hacia destinos como Doha, en Qatar, Arabia Saudí, Iran, Afganistán o Kuwait, que se completaban en unos 10-12 días.
Dave Poulton (al que podéis ver en el vídeo de más abajo), por ejemplo, llegó a completar más de 120 viajes en 16 años durante su trayectoria con Astran.

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Las complicaciones implícitas del viaje eran muchas: temperaturas cercanas a los -40º C en invierno a través de las nevadas montañas del este de Turquía, sin contar con sistemas de calefacción como los que disfrutamos hoy, y que se transformaban unos días más tarde en más de 50º C al cruzar el desierto. Conductores kamikaze, carreteras en mal estado o inexistentes, multitud de fronteras con cambiantes y sorprendentes normativas, desorientación en el desierto, animales salvajes... los conductores realizaban sus propias reparaciones mecánicas en ruta, y en caso de quedarse atrapados en la nieve o en la arena del desierto, tenían que esperar a veces durante días hasta ser remolcados por algún local.
No faltan las historias de comunión con los beduinos, compartiendo comida y noches de hogueras.

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Los pilotos de las rutas a Oriente Medio tenían que ejercer de diplomáticos en cada paso fronterizo.
Aparte de los retrasos originados por las traducciones necesarias en cada país o problemas con la documentación, cada gobierno añadía su ración de especias para hacer más entretenido el trayecto, como por ejemplo, en el caso de Irak durante los 80.
Los turcos cruzaban la frontera con neumáticos nuevos para revenderlos a precios astronómicos y volvían después a su país con otros de segunda mano, así que las autoridades hicieron indispensable mostrar un papel con los números de serie de cada neumático al entrar al país, comprobando que eran los mismos a la vuelta.
Las caravanas de acceso y salida de Irak, formadas por camioneros tomando nota de cada una de sus ruedas y esperando la consiguiente inspección, eran de hórdago.

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En los 70 otras empresas europeas se unirían a Astran en su empeño por establecer una ruta continua de transporte hacia Oriente Medio.

Ni siquiera las guerras entre Irán-Irak, o la del Golfo Pérsico en los 90, detuvieron el buen hacer de Astran, al contrario, la demanda de transporte a la zona aumentó considerablemente durante ambas, y aparte de cambiar rutas para evitar verse inmersos en pleno campo de batalla, los envíos continuaron yendo y viniendo desde Europa cada semana.

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Los primitivos pedregales que recibieron a Paul y Woodman en su primer viaje por Turquía son hoy autopistas de dos carriles con sus correspondientes áreas de servicio, y la verdad es que parte de esa "magia" de los primeros años se ha perdido con la comodidad de hoy, pero incluso en 2010, camioneros que siguen haciendo esa ruta aseguran que no hay nada comparable a la libertad que se siente al dormir bajo las estrellas del desierto.

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Astran continúa en la actualidad, casi 50 años después de su travesía inicial, realizando viajes a Oriente Medio.
La apertura de puertos marítimos en la zona, junto con la mejora de los sistemas de comunicación y navegación, han reducido enormemente el flujo de envíos por carretera desde Europa, pero aún así, y debido a la actividad de otras de sus bases, especialmente desde Italia, la compañía movíó solamente en 2008 más de 200 trailers con destino a Qatar y otros puntos de la Península Arábiga.

Desde la llegada de las noticias de que China parece estar interesada en cumplir con los requisitos para una próxima adhesión al convenio TIR (Transporte International Routier), algunos profetizan ya un posible futuro con rutas transcontinentales entre Europa y China de más de 10.000 km. por trayecto.
En un marco económico tan complicado como el actual es difícil imaginar que ésto se acabe llevando a cabo, y en mi opinión lo que haría es convertir a Turquía en una super central de distribución Euro-Asiática, si es que no lo es ya en éste momento por méritos propios, gracias a su situación geográfica y política, desde donde se moverían las cargas en ambas direcciones.

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Imagen del Puente del Bósforo, que conecta Europa y Asia, con Maslak, centro financiero de Estambul al fondo, y que nos ayuda a hacernos una idea de la increíble transformación que ha sufrido Turquía en los últimos años. Fotografía de Kara Sabahat©

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Dos vehículos de Astran descansando en la costa del Golfo Pérsico, a más de 6.000 km. de casa, en 2009.

En el año 1977 un equipo de la BBC realizó una serie de viajes con varios conductores de Astran, que quedaron plasmados en el documental "Destination to Doha". Os dejo con una parte del vídeo para que os hagáis una idea de lo que suponía verse inmerso en semejante aventura.



Si os habéis quedado con ganas de conocer más a fondo la historia de éstos héroes sin nombre, el libro de Coghill es sin duda la mejor fuente de información al respecto.

Aprovecho desde aquí, para darle las gracias a Ashley Coghill, compañero de profesión, por el increíble trabajo de investigación y documentación llevado a cabo durante éstos años, por conseguir de manera indirecta poner en contacto a muchos de los conductores de los primeros tiempos, sacándoles a la luz, y dándoles la oportunidad de llevarse parte del reconocimiento que se merecen.

9 comentarios:

Lunatrix dijo...

Una entrada magnífica. Gracias!

Borja dijo...

Y yo me quejaba de las carreteras rumanas, o cuando me han mandado a Rusia ¡JA! Ya no puedo quejarme.

Magnífico post, Javi. Una gran historia. A ver si para la semana próxima puedo pillarme el libro, que me has dejado intrigado con la historia de esta gente.

Daniel dijo...

muy buena entrada me encanto, la historia, parece de pelicula, mis respetos para esas rutas y para los camioneros, quiero leer ese libro. un saludo javi desde mexico.

Mexiñol dijo...

Te animarías a hacer un viaje así???

Javi dijo...

¡Gracias, Luna!

Borja, éstos mecánicos-conductores-aventureros eran unos bestias...
Si no encuentras el libro por Amazon, dímelo, y te paso un enlace del autor del libro que tengo por ahí.

¡Gracias, Daniel!, Un saludo.

Santy, ¿que si me animaría?, ¿dónde hay que firmar?, jajajaja... si hay que salir mañana, ya tengo la bolsa preparada.
Fuera bromas, uno de los recuerdos imborrables que tengo de los últimos años, es haber cruzado Egipto en un autobús todo reventado que utilizaban los locales(con sus gallinas y personajes curiosos incluídos),
haciendo más de 10 horas por en medio de la nada, y parando a compartir té de karkadé con el resto de pasajeros en pleno desierto.
Así que con mi propio camión cruzando Oriente Medio, ¡encantado!.

La Nere dijo...

Qué entrada más interesante :)

ROGER TRUCKER dijo...

Oye Javi, have poco me he leído el "Coca-Cola Cowboys", que lo escribió un periodista que se subió con varios camiones destiono a Doha, pero no exclusivamente de Astran, aunque sí trata el tema, porque si se habla de East-Asia transport, ASTRAN es el rey. Éste me lo apunto. Muy buen resumen, y buenas fotos.
Yo, personalmente, si pudiera llevar un camión a China, me puedoa morir, vaya. Que poco más me haría falta para ser feliz.
Un abrazo, Javi, y suerte por la UK.
Cheers,
RT

Javi dijo...

¡Gracias, Nere!

Roger, si te gustó "Cola Cowboys", con éste alucinarás, en serio.
Y por cierto, que si tenemos que comprar un camión y hablar con Astran a ver si montamos unos viajes a China, todo es ponerse, jajaja
¡Un abrazo!

Anónimo dijo...

Nos vamos palla el año que viene Javi?
Vic