Uno de los libros que ha caído en mis manos éstas navidades ha sido el que da título a ésta entrada:
Ansel Adams in Color.
Ansel Adams, el padre de la fotografía de paisajes, desarrolló casi todo su trabajo en blanco y negro, especialmente por dos motivos:
Uno, porque para él, el color era una distracción en las fotografías que no permitía disfrutar en su totalidad de la gama más amplia de matices que se encuentra en los grises, así como de los contrastes de luces y sombras mucho más evidentes con la ausencia de color.
Y dos, porque durante el tiempo que vivió (falleció en 1984), ninguno de los sistemas de impresion en color de la época le permitían transmitir su visión en el papel, mientras que el blanco y negro le daban control absoluto sobre el resultado final.




En cualquier caso, Adams pasó gran parte de su carrera intentando conseguir resultados satisfactorios en color, y aunque no llegó a publicar la mayoría, hoy tenemos la suerte de poder ver algunas de éstas fotografías inéditas sobre el papel, gracias a los sistemas de escaneado e impresión actuales.
Sin llegar a tener la calidad artística del resto de su obra, siendo más como bocetos, nos permite echar un vistazo a sus imágenes en estado puro, sin los toques finales de revelado que posiblemente habría incluído en ellas.
Las composiciones obviamente son fantásticas, la calidad de las fotografías de gran formato, incomparable, y personalmente es un auténtico placer poder disfrutar con la visión de algunos de los parque naturales de EEUU a finales de la década de los 40.
Aparte de las fotografias, el libro incluye notas del mismo Adams, y una breve biografía. Imprescindible.
El libro me ha devuelto las ganas por investigar un poco más a fondo la fotografía analógica.
Es sorprendente que por el precio de la mayoría de cámaras no profesionales de rango medio que hay en el mercado, nos podemos hacer con una cámara analógica de largo formato, así como de un escaner y película suficiente para pasarnos una larga temporada.
Lógicamente, el planteamiento es distinto, no disponemos de pantallas ni de toda la ayuda tecnológica que nos ofrecen los equipos de hoy, cada fotografía lleva mucho más tiempo y trabajo detrás, pero el resultado es inalcanzable con cualquier cámara digital actual.

Ésta preciosidad es una
Tachihara de 4X5 pulgadas. El auténtico problema con una cámara de éste tipo es poder utilizarla sin tener que responder a las mil y una preguntas de los curiosos que aparezcan por la zona.
Os dejo con una entrevista con Adams para la BBC en 1983, con su tono distendido habitual, en la que habla sobre la previsualización de cada imagen, en la que compara una vez más música y fotografía (Adams fue pianista antes de empezar como fotógrafo), y profetiza sobre la futura aparición de la fotografía "electrónica".